martes, 20 de julio de 2010

Gasolina aguada, gasolina milagrosa

Hace poco tuve un pequeño problema con mi scooter, el muy perezoso se negaba a arrancar. Como de mecánica entiendo entre poco y nada decidí que lo apropiado era llevar mi taza con ruedas a un taller mecánico.

La llevé a un taller nuevo de un tal Jacobo, porque empujar hasta mi taller habitual era una burrada, y más en verano.

Jacobo me escuchó muy atentamente, cómo suelo conducir el scooter, qué aceite echo, cada cuánto hago las revisiones, cómo freno, mi forma de coger cada curva y otras manías personales.

La verdad es que me sentía comodísimo hablando con un profesional que me escuchaba y gracias a mis indicaciones podría entender a la perfección el estado del vehículo.

Finalmente Jacobo me comentó que podríamos tratar de solucionar la avería de un modo nada agresivo con el motor, impidiendo que la solución deteriorase más el estado del mismo, evitando provocar nuevos problemas. Estaba entusiasmado, y más aún cuando me invitó a ser testigo del nuevo método. Y Jacobo me iba comentando mientras trabajaba:

"Si logramos recrear los mismos síntomas podemos llegar a solucionar la avería"

"Un motor de explosión no funciona si echamos agua en lugar de gasolina, luego el agua impide que el motor arranque, como actualmente le sucede a tu scooter"

"Pero no es necesario llenar el depósito de combustible de agua, además esto funciona mejor en cuanto menor es la cantidad de agua que echemos"

Y diluyó una y otra vez una gota de agua empleando cada vez más combustible, y agitando con violencia el líquido.

"Así se reaviva el recuerdo del agua en la gasolina"

Cuando hube perdido la cuenta (hasta llegar a la disolución extrema, como decía él) me llenó el depósito de gasolina (porque ahí no había más agua que la que la honrada refinería decidiera vender a precio de combustible).

Y se empeñaba en cobrarme, aunque la moto seguía sin arrancar.

Pagué el depósito de gasolina "milagrosa" y ni un euro más, que no está la cosa para tirar cohetes.

Acabé llevando mi moto al taller de siempre, donde me hiceron un hueco entre su larga lista de reparaciones pendientes. No me preguntaron gran cosa, salvo los síntomas, el cómo sucedió la avería y poco más. Ellos ya tienen el "historial" del scooter.

La avería no era precisamente grave, la dichosa bujía, me la cambiaron y listo de nuevo para disfrutar del veranito en dos ruedas motorizadas. Me da a mi que con "gasolina mágica" no se iba a solucionar la cosa.

¿Esta historia os suena rara? ¿Os parece una tomadura de pelo? ¿Creeis que ese taller es un fraude? Yo también opino lo mismo de la homeopatía pero al parecer cuando en lugar de con vehículos a motor se juega con la salud de los seres humanos es legalísimo y razonabilísimo.

Como postre os dejo un interesante comic obra de Darryl Cunningham.
También traducido al castellano por la amable gente de Per Ardua ad Astra y Emtochka.

5 comentarios:

  1. Baz,

    Hay cada "profesional" por ahí suelto que... en fin, mejor dejar la violencia de lado pero si eso me llega a pasar a mí en mis tiempos "mozos"... probablemente ése mecánico fuese la última vez que pudiera caminar de pie.

    Por lo demás, me acabo de enterar que tienes moto, :-).

    ¡Un abrazo!.

    Isma

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  2. http://www.youtube.com/watch?hl=en&v=BNsrK6P9QvI&gl=US

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  3. http://www.youtube.com/watch?v=Ios9yfrgaE8

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  4. Soy consciente de que esta no es, precisamente, mi mejor entrada en el blog, pero gracias a los comentarios que habéis ido dejando ahora brilla con luz propia :D

    La entrada es como el chiste aquel en el que Jesucristo dice a sus seguidores:
    "En verdad, en verdad os digo que x=y²"

    Y uno de ellos le dice:
    "Lo siento maestro, pero no entiendo, ¿qué es eso?"

    Y Jesucristo le contesta:
    "Una parábola"

    Pues lo mismo, que esto no va de motos, es una analogía, sólo eso ;)

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